Vida en el Go, una aproximación psicológica

Por Fabio Moreno

Apuntes para la exposición en el segundo congreso argentino de go y breve reseña de los comentarios durante la charla.

Buenos Aires, Abril de 2007.

Presentación

Para la mayoría de jugadores de go, es algo natural considerar que las piedras y grupos de piedras viven y mueren en el tablero de go. Este prejuicio deriva, en muchos casos, en toda una concepción particular que intento describir y comentar aquí desde una aproximación psicológica. También presentaré una forma alternativa de percibir y entender, aquello que se comprende como muerto y vivo desde la concepción particular inicial. Al terminar, presento una magnífica concepción relacionada al tema de estas reflexiones: Go-Vivo.

Vida y muerte, la concepción más habitual

Comencemos aclarando qué llamaremos aquí concepto. Aquí entendemos por concepto un cuerpo de percepciones, sentimientos, ideas, definiciones y prácticas relativas a un objeto, actividad o suceso. Por ejemplo mi concepto de una Avenida puede ser la descripción de una gran calle o decir cómo andar por ella, pero además mi concepto de Avenida incluye qué me sucede cuando voy caminando por una Avenida, la percepción y sentido que tiene un semáforo, así mismo la regla de andar por la derecha, cómo me pongo cuando voy en el auto y otro auto me acelera como proponiéndome una carrera, o lo que espero encontrar al andar por una Avenida en la noche, y muchas prácticas en las que no pienso y están asociadas al objeto o fenómeno de la realidad que considero Avenida.

En una producción previa (1), indicábamos algunos usos técnicos y “cotidianos” de la palabra “Vivo” en la práctica del Go. Aquí, desde una aproximación más psicológica (2), atendemos especialmente a los afectos y creencias asociadas a una manera particular de percibir, entender, expresar e instruir acerca de la vida en el juego de go. Mi intento en esta parte de la exposición tiene que ver con describir y tomar conciencia de este concepto que se ha vuelto natural e incuestionable para muchos.

He observado diversas reacciones gestuales y verbales de los jugadores de go asociadas a las ansiedades que produce la subsistencia de las piedras propias y del oponente. Es frecuente ver, por ejemplo, que los principiantes se focalicen en lo que desde su punto de vista es no perder ninguna piedra, también se observan inquietantes estados de angustia, culpa y dolor al ser capturados los grupos de su color.

Esto puede provenir también de la práctica de otros juegos que en su mayoría son competitivos y orientados a la muerte de una parte o totalidad del oponente, pero es que la iniciación en el juego del go es comúnmente afirmativa de esta postura, que pone en un lugar primario la captura de piedras y un discurso caracterizado por expresiones como “me mató el grupo”, voces internas como “a pesar de todo mi grupo vivió”, “eso!, lo maté”, “este grupo ya está muerto”. De hecho numerosos textos cuentan con ejercicios de “vida y muerte”, donde la palabra “kill” puede aparecer miles de veces

Desde esta tradicional forma de practicar el go se ha vuelto “natural” que se enseñe el juego comenzando por instruir al principiante en cómo proteger sus piedras de la muerte, así como en las tácticas para matar al contrario. Se considera que si no se internaliza este concepto no hay mucho en lo que se pueda avanzar.

Tanto en niveles iniciales como superiores observo manifestaciones de un go centrado en las llamadas luchas y que permiten a varios jugadores expresar y descargar agresión y violencia sublimadas (o conscientes) en el tablero de go. Parece que en esto mismo radica el goce y dedicación que varias personas ponen en el go.

A continuación resumo algunos componentes del concepto de vida y muerte que acabo de describir.

El jugador piensa: Las piedras de mi color son mías

Actuamos como si fuéramos las piedras, y lo que les ocurre es tomado afectivamente como algo personal, ejemplo “ahí me mató…” o “uf! Viví!”

El juego se centra en lo nombrado y percibido como vida/muerte, es decir en las luchas, capturas y subsistencia de las piedras.

Esto llega a convertirse en el telos o finalidad de la partida, o en el sentido último del Go.

Juego de envolver, juego de cercar.

En mi caso, he interiorizado el concepto de vida y muerte descrito en la primera parte, y sigue siendo vigente en mí esta concepción aunque ahora pueda tomar consciencia de él y esté atento a nuevas formas de concebir aquello que sucede en el tablero.

Básicamente, lo que sucede es que las piedras se están envolviendo unas a otras cuando se nos activa el concepto de vida y muerte.

Pero pasar de

ver mis queridas piedras en peligro de muerte

a

contemplar las piedras negras y blancas envolviéndose entre sí

no ha sido simple.

En contraste al concepto descrito en la primera parte intento practicar lo siguiente:

Al jugar pienso: Las piedras de mi color no son mías, de mi propiedad, son un medio para adquirir una posición, generar influencia, rodear territorio, rodear vacío y también envolver a las piedras del otro color.

Cuando me doy cuenta que actúo como si fuera las piedras, es decir cuando estoy tomando lo que les ocurre como algo personal, diciendo por ejemplo “ahí me mató…” o “uf! Viví!”, intento no jugar reactivamente, intento mirar con detenimiento todo lo que está sucediendo, tanto lo que siento como lo que está sucediendo en el tablero, y jugar de acuerdo a la posición y variantes que alcance a leer de ese momento del tablero.

El juego del go se centra en diferentes aspectos según el lugar-situación de la partida así como el momento de desarrollo. En algunos casos ocurren situaciones en las que los grupos se están envolviendo entre sí pero, en general, el juego tiene que ver con la posibilidad de lograr una posición ventajosa en cada momento o secuencia.

El telos del juego es, para mí, alcanzar una experiencia en la partida. Se trata de una experiencia de encuentro entre las dos personas que jugamos la partida. Me es difícil describir esto pero me ha ocurrido cuando tanto yo como la otra persona hemos hecho lo posible por ver la que es la mejor jugada en cada momento de la partida. Cuando ninguno de los dos se ha tomado como algo personal lo sucedido con las piedras.

Cuando nos hemos respetado mutuamente y hemos tratado la partida con respeto. También cuando aparece una atmósfera que se da cuando hay reading, cuando la persona se ensimisma leyendo posibles secuencias en una situación local o global del tablero. También me siento en esa experiencia cuando tengo la impresión, al terminar la partida, que ha pasado un día o varios días.

Go Vivo

En los días que había comenzado a escribir las notas para esta exposición (enero 29 de este año) revisé al azar un capítulo del libro The Direction of Play de Takeo Kajiwara, allí encontré la expresión “go vivo” para referirse al desarrollo de una partida (3). Coincidencialmente por esos mismos días Fernando Aguilar adjuntó a cursogo una partida que había jugado en IGS. Decía que la compartía por que le había traído buenos recuerdos. Uno de los comentarios sobre esta partida enviado por Eduardo López Herrero contenía la misma expresión Go Vivo:

Qué linda partida, che. Esto es lo que los profesionales llaman "ikita go" (go vivo).

Reconociendo que aquí Vivo nombra otro fenómeno o suceso más complejo decidí escribirle a Eduardo preguntándole por el significado de esta expresión. Con su permiso les presentó su excelente respuesta que ha venido afectando hondamente mi juego actual, y con ella dejo abierta esta exposición:

>>La expresión ikita go, literalmente "go vivo", la usan los profesionales japoneses para describir secuencias o partidas que ponen de manifiesto el carácter dinámico del juego, en el sentido de que, por ejemplo, lo que parecía territorio negro se convierte en territorio blanco, o que un grupo fuerte termina siendo sacrificado, sin que eso desequilibre marcadamente el juego a favor de ninguno de los dos bandos. Esto se relaciona también con el concepto de kiai o espíritu de lucha, ya que muchas secuencias de "go vivo" ocurren a raíz de que ambos jugadores se resisten a responder pasivamente los intentos de kikashi del otro. Desde el punto de vista psicológico, que parece ser el que más te interesa, para jugar "go vivo" se requiere flexibilidad mental; un jugador fuerte, al ver un shimari, no ve territorio sino simplemente dos piedras cerca del rincón, que con gusto se dejará invadir e incluso capturar si el flujo del juego así lo requiere. También puede hablarse del desapego respecto de las posiciones propias. Es difícil no identificarse con las piedras que uno ha jugado o con el territorio que uno ha fabricado, entonces naturalmente uno los defiende como gato panza arriba aunque, en muchos casos, sea mejor entregarlos a cambio de algo más (o al menos igualmente) valioso. Cuando los jugadores muestran un nivel especialmente alto de kiai y desapego, se producen partidas que merecen la calificación de "go vivo".>>

Breve reseña de la charla

La charla se realizó la noche del domingo 1° de abril.

Luego de leer los apuntes compartimos varios valiosos comentarios, aquí presento algunos de los principales interrogantes y observaciones de aquella reunión:

La primera parte de la exposición se refirió a una manera de comprender la presencia de los grupos, pero esto puede hacerse extensivo a los territorios a los que también nos apegamos y tratamos de manera personal.”Me invadió!” o “Ese es MI territorio”.

Para posteriores estudios se puede considerar el concepto de Propiedad, de Apego-Desapego, y la Identificación del jugador con sus piedras y sus territorios.

La noción de desapego no se extiende sólo a considerar que como jugador sólo estoy a cargo de un color, tampoco UN color es de mi propiedad. Se trata de jugar en cada turno la mejor jugada de la partida. Se trata de go, de cosas que se crean y recrean durante la partida, de transformación.

Al aminorar la competitividad emerge un mayor sentido de responsabilidad sobre que la partida “salga buena”.

Entender el juego como un diálogo, y el enfoque de Go Vivo tiene que ver con un buen diálogo, con una obra de arte mutua.

Durante varios minutos dialogamos acerca del concepto de Punto de no-retorno y al uso o manejo de la incertidumbre por parte del jugador de go. Al saber jugar más, se juega más (con) la incertidumbre.

Como cierre de la charla, Fernando Aguilar nos ofreció una interesante revisión de la partida que jugó en el año 2002 contra Yo Kagen 9 dan profesional, en la Copa Toyota. Una partida que ejemplificó muy bien la orientación del Go Vivo.

 

Agradezco a todos los asistentes a la charla y en especial a las intervenciones de Fernando Aguilar, Verónica Arias, Framklin Bassarsky, Lucas Galfaso, Diana Hoffman, Angel Java Lopez y David Pollitzer.

 

 

(1) El concepto de la vida en el juego de go. Apuntes sobre reflexiones y diálogos acerca del concepto de Vida en el juego de Go. Se puede consultar en la página web de la Asociación Argentina del juego de Go.

(2) Conviene comentar que existe una variedad de aproximaciones psicológicas (conductual, pragmático, fenomenológica, psicodinámica, sistémico, entre otras).

En este caso se trata de una aproximación no-formal, es decir carece de un preciso marco teórico de referencia. Es una aproximación psicológica porque se centra en la descripción de fenómenos típicamente psicológicos como las emociones o las creencias, y que, en este ensayo, está basada en mis observaciones personales, y que no se extiende a mis juicios sobre estas observaciones. Técnicamente puede decirse que mi postura, en esta parte, está más próxima a un método fenomenológico.

(3) Se trata del segundo capítulo del libro. The early stages are decisive, donde aparece su debatida afirmación “A game is often decided in the opening”. El resultado de la partida ya que queda definido, con frecuencia, en la apertura.

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