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07

Jun 2025

¡Los Gorriones se van a China! (otra vez)

Nota escrita por Federico Gianotti

El Go juvenil argentino vive épocas doradas. Por segundo año consecutivo, la Selección Argentina de Go sub 18 ganó el Latinoamericano y clasificó al Mundial Juvenil que se celebrará del 23 al 26 de octubre en Quzhou, China. Más allá de la contundencia de los resultados deportivos, varias razones hacen que el éxito de los chicos sea aún más dulce. Sorprende y emociona el federalismo de nuestros representantes: los Gorriones que irán a China vienen de Mendoza (Manuel), San Luis (Nahuel) y Chubut (Simón), pero también participaron del Latinoamericano jugadores de Santiago del Estero, Buenos Aires y Tierra del Fuego. Además, es de valorar que nueve juveniles argentinos participaron del Latinoamericano, con actuaciones muy destacadas que auguran un futuro brillante.

Al poner la lupa en este fenómeno, los éxitos actuales se explican por la dedicación y pasión de los distintos clubes de Go a lo largo y ancho del país y por el apoyo constante de la Asociación Argentina de Go. Para conocer un poco más a quiénes van a representar nuestros colores en la cuna del Weiqi, entrevisté a los jugadores y a sus formadores.

Manuel Sarrouf vive en Guaymallén, Mendoza. “Conocí el go cuando era más chico, por el 2018, pero realmente me empezó a interesar cuando me enteré que había un grupo que se juntaba a enseñar y a jugar (el Club Martín Güemes, organizado por Nicolás Marengo). Y cuando conocí la Asociación Argentina de Go fue cuando más empecé a jugar torneos y partidas”. 

Nahuel Caferri vive en Los Molles, San Luis. “Empecé a jugar en un momento que me estaba gustando el ajedrez, me juntaba una vez a la semana a jugar unas partidas. Por esos días empezó un taller de Go en la Biblioteca Popular de Los Molles. Se lo mencionaba como un tipo de ajedrez chino, y quise probar a ver qué tal. En las primeras clases me di cuenta que era muy distinto al ajedrez que estaba jugando: sus reglas eran mucho más simples, pero era a su vez mucho más versátil, los tableros más grandes, el objetivo del juego tan simple, fueron cosas que me gustaron y me dieron ganas de seguir practicando”. 

Simón Moreno vive en Puerto Madryn, Chubut. “Yo inicié en el Go sin querer. Un día hace 6 años vino Juan Viñas a mi escuela y realizó un pequeño curso. Al final se organizó un torneo. A mí no me había interesado realmente el juego, pero a un amigo sí y me pidió que lo acompañe a alentarlo. Fui y justo había faltado un participante del torneo. Me metieron de rebote y al final terminé ganando. Luego jugué un torneo infantil online y también lo gané y bueno, al final me terminó interesando”.

 

—¿Qué es lo que más les gusta del Go? ¿Cómo lo definirían?

—Manuel (MS): Creo que es aprender y utilizar todo lo que sé para intentar ganar. Definiría el Go como un juego simple e infinitamente complejo a la vez.

—Nahuel (NC): Me gusta lo que tengo que pensar, es tan simple en su apariencia como complicado de entender, las incontables posibilidades que surgen en cada partida, son cosas que realmente me gustan del juego (aunque también frustran un poco). Lo definiría como un juego con unas reglas y un objetivo simple, pero con posibilidades infinitas, muy fácil de jugar, muy difícil de abarcar.

—Simón (SM): Lo que más me gusta de jugar al Go probablemente sea la enorme cantidad de posibilidades de tableros que hay, nunca hay dos partidas iguales y eso me encanta. Lo definiría como un juego de estrategia en el cual te tenés que quedar con una mayor parte del tablero que tu rival.

 

—¿Qué expectativas tienen del viaje a China? 

—MS: Espero darle pelea contra el que me toque jugar e intentar ganar alguna de las partidas si es posible.

—NC: Voy con ganas de jugar, más allá de la competencia, con ganas de poder ver y aprender del juego de otros competidores, de los distintos países, la posibilidad de jugar en la nación donde se inventó el juego hace milenios es realmente especial.

—SM: Mis expectativas para China son altas, no tengo pensado ni de broma ganar porque son demasiado buenos, pero incluso así se aprende un montón. El año pasado por ejemplo después de las partidas las analizábamos y ahí es donde más se aprende, sobre todo porque juegan muy distinto a lo que estoy acostumbrado y es como ver al Go desde otra perspectiva. Aparte de eso obvio que estoy súper emocionado por China en sí, el intercambio cultural es bellísimo. 

 

—¿Cómo se van a preparar?

—MS: Para prepararme pienso seguir jugando partidas y torneos de la Asociación, además de tomar clases y estudiar algo de teoría.

—NC: De momento voy a competir y tomar todas las clases que pueda, para que mi juego esté lo más desarrollado posible al momento de llegar, y poder sacar más provecho de la oportunidad.

—SM: Me voy a preparar como me venía preparando, jugando torneos y analizando mis partidas.

 

—¿Cómo vivieron la experiencia del año pasado en China?

—MS: La verdad que la experiencia fue muy linda, todos los que conocí eran muy buena onda y amables, y me gustó mucho todo lo que hicimos allí.

—SM: Fue una experiencia muy linda, ver la cultura en muchos ámbitos que ni se te ocurren. Te das cuenta de diferencias culturales como sus ciclos de sueño, dar y recibir regalos, propina en restaurantes, etc. El torneo también fue muy bonito, el intercambio cultural con todos los países fue muy enriquecedor y eran en su mayoría todos muy buena onda. Siempre después de las partidas las analizábamos y se metían a analizar hasta los que organizaban. Fue muy loco estar caminando por ahí o por el shopping por diez días y entender únicamente el idioma de mis compañeros. Tener chinos hablando de fondo todo el tiempo fue increíble.

 

Les formadores

No fue magia. Para que esos chicos puedan vivir esta experiencia increíble que se avecina, muchas personas dedicaron tiempo y trabajo desinteresado en las sombras, con paciencia: las familias de los jugadores, un apoyo imprescindible; y les formadores, que en cada pequeño lugar que encontraron para difundir este hermoso arte, permitieron que la juventud abra sus alas y haga su propio vuelo. Al entrevistar a estos docentes/instructores/entusiastas, noté algo en común: la pasión por el Go y una mirada poética de él.

Me acerqué primero a Rosario “Charito” Papeschi, coordinadora del go juvenil, quién junto a Ernesto Cepeda es una de las personas fundamentales en el desarrollo y crecimiento de estos jóvenes talentos, y fue quién acompañó a los Gorriones el año pasado en su primer viaje a China.

 

—¿Cómo fue la experiencia de los Gorriones en Quzhou el año pasado?

—La experiencia fue maravillosa, creo que disfrutamos todo el viaje. Los chicos son un fenómeno, educados, responsables, nunca había que decirles nada. Además, se formó un lindo grupo que iba unido a todas partes. Conocer China es desde el vamos algo increíble y a eso le sumamos que nos recibieron muy bien, nos trataron genial y teníamos las mejores comodidades.

En Quzhou nos esperó Santiago Laplagne que estaba trabajando en China y nos vino a acompañar. También estuvo Emil un par de días.

Competir fue todo un desafío, los chicos hicieron lo mejor que pudieron. Tuvieron que enfrentar a las más grandes potencias del Weiqi. Además, los rivales venían de jugar largos clasificatorios. Todos muy fuertes. Es nuestra esperanza que este año nos dé revancha y podamos ganar más partidas.

Luego de terminar el torneo, fuimos en tren de alta velocidad a Quantzou que es increíblemente inmensa y moderna. En el tren fuimos a 300km/h, pero no se sentía. Allá nos volvimos a encontrar con Santiago y con él hicieron los recorridos turísticos más visitados.

 

—¿Cómo se logró posicionar una selección argentina por segundo año consecutivo en el mundial sub 18?

—El gran puntapié fue haber ido a Quzhou en 2024, los chicos quedaron muy motivados. Cuando llegaron dos invitaciones a Latinoamérica, era evidente que una iba ser para nosotros jaja. No hicimos nada en especial, creo que a esta altura los chicos andan solos. 

El reto es seguir formando chicos/as porque los niños crecen y se nos van. Los que no se van son los profes, a ellos les debemos que los chicos conocieran el go, se entusiasmen y que lo sigan jugando.

 

—¿Cómo nació tu interés por el Go?

—Cuando era chica jugaba al ajedrez, después hacía problemitas que aparecían en la revista Jóker. De paso leía unos artículos que hablaban de un juego que evidentemente era más complicado que el ajedrez, pero yo era chica, vivía lejos y no tenía manera de conocerlo mejor. Estoy hablando de hace unos 50 años.

Unos años después conocí a un joven que me contó que jugaba al Go y ahí nomás me enamoré jajá.  En poco tiempo me enteré que era un profesor brillante y comenzó una etapa intensa de estudio y aprendizaje. Era muy exigente conmigo. Era como un Pigmalión. En aquella época no había mujeres que se acercaran al Go; y las que lo hacían estaban un tiempito y dejaban. Pero él apostó por mí y me sacó “buena”. Eran otras épocas, yo era “su” logro, pero a mí me vino bien.

 

—¿Qué es lo que más te gusta de jugar al Go?

—Cuando juego al Go entro en otro plano de la realidad. Creo que en ese momento muestro mi verdadera personalidad y estado de ánimo. Soy bastante competitiva así que lo que más me gusta es ganar; si es jugando un buen Go, mucho mejor. Con el tiempo me he ido dando cuenta que juego mejor personalmente que online.

 

—¿Cómo definirías el Go en pocas palabras?

—Dicen que el Go es como la vida; para mí, es un espejo del alma del jugador. Pero eso sería en el caso de los que somos jugadores comunes, a nivel profesional sospecho que no debe ser tan así. Sin embargo, creo que por más 9 dan que sea, un jugador/ra siempre cuela algo de sí en sus juegos.

 

Por último (pero no menos importante), están los formadores, aquellos que siembran semillas en corazones aún vacíos de Go, riegan con paciencia, hasta hacer florecer un hane, un san-san, un shimari. 

Manuel Sarrouf, quién será por segundo año nuestro primer tablero en China, aprendió con Nicolás Marengo en Mendoza. Nahuel Caferri descubrió el Go gracias al club de San Luis que Federico Gianotti creó en la Biblioteca Popular de su pueblo, Los Molles. El mentor de Simón Moreno y quién lo sigue acompañando es Juan Sebastián Viñas, quién pertenece al club de Go de Puerto Madryn, creado por Federico Ares. Los entrevistamos.

 

—¿Cómo nació su interés por el Go?

—Nicolás Marengo (NM): Mi interés por el Go nació a eso de los 9 años, tenía una abuela que me enseñó un montón de juegos de cartas y algunos de estrategias. Yo siempre me incliné por ese tipo de juegos que no tuviesen azar. Tenía un juego de Go guardado en un armario y me enseñó. Practicaba con mi hermano y jugábamos muy mal, por más que jugamos decenas de partidas. Recién a los diecisiete años, me di una vuelta por la Asociación de Go durante un viaje a Buenos Aires y vi como jugaban. Intuitivamente me di cuenta enseguida que era otra cosa. Nosotros nos corríamos como hormiguitas por todo el tablero y ahí empecé a descubrir que tenía otra profundidad.

—Federico Gianotti (FG): Siempre me apasionó la cultura y filosofía oriental y se ve que tenía presente el juego en mi imaginario. En 2019 me regalaron el tablero y el libro de Fernando Aguilar y ahí empecé a jugar solo, así que me considero un jugador bastante novato. Como en San Luis, donde vivo, no conocía a nadie que jugara, decidí abrir un taller de Go en la Biblioteca Popular de mi pueblo, y así empezó el Club de Go de San Luis, que ya tiene cinco años de vida.

—Juan Sebastián Viñas (JV): Mi interés por el Go nació por un poema de Borges que se llama “El go”. Ahí empecé a averiguar qué era y aprender a jugarlo. Soy profe de bandoneón y tuve un alumno que jugaba, así que jugábamos juntos y me enseñó bastante. Y con él terminamos armando el club de Go de Puerto Madryn.

 

—¿Qué es lo que más les gusta de jugar al Go?

—NM: Soy profesor de ajedrez, durante muchos años me dediqué a la enseñanza y también jugué muchos torneos, pero lo que me produce el Go no me lo produce ningún otro juego. Es inexplicable la emoción que se siente frente a un tablero vacío o una partida por empezar. Una de las cosas que me gustan mucho es que es una guerrilla donde todas las piedras son iguales, todas tienen el mismo valor. Esto también de que no hay que aniquilar al adversario, sino que vas consensuando y cediendo todo el tiempo, negociando territorios. Me parece maravilloso también que a veces no sabés si ganaste o perdiste.

Y después, por sus reglas naturales, lo que me encanta son las redes que uno puede tejer en permanencia con la vida cotidiana. Por ejemplo, esto de que la ambición desmedida siempre se castiga con la derrota; y si sos demasiado timorato también. Es buscar ese equilibrio permanente entre la ambición y la mesura, o entre expandirte o conservar lo que tenés. Hay gente que todo el tiempo tiene ideas nuevas, quieren hacer de todo y dejan todo inconcluso, y hay otras que por el contrario están siempre en su zona de confort. Ese desafío cotidiano que se da en todos los planos de la vida está muy bien sintetizado en el Go.

—FG: A mí me fascina la posibilidad de que siempre se puede aprender algo nuevo. Me parece increíble que algo tan simple contenga tanta complejidad. Es como si ahí adentro estuviese todo el universo. Por eso creo que uno empieza a ver Go en la vida cotidiana, porque lo que sucede en la naturaleza está sintetizado en el tablero. Y se pueden adivinar la armonía, los obstáculos, la magia.

—JV: Me gusta que es un ritual y como dice Byung-Chul Han, los rituales son al tiempo lo que el hogar es al espacio. Y es un ritual muy hermoso, muy antiguo, me gusta el sonido de las piedras al apoyarlas en el tablero de madera. Me gusta que sea un juego que se juega en silencio. Y hay mucha belleza en las formas que toman las piedras en su relación con las otras piedras, en el vacío también. Digamos que toda partida al final termina siendo una pequeña obra de arte. Y después me gusta mucho que hay que aprender a lidiar con la frustración, manejar la alegría que te genera ir ganando para no distraerte y quizás perder.

 

—¿Cómo es su trayectoria como profes de Go y qué es lo que más les gusta de enseñarlo?

—NM: Para mí el mayor desafío en la enseñanza es poder transmitirles la belleza. En este mundo de mucha inmediatez, se utiliza el tablero de nueve por nueve para aprender rápido las reglas, pero yo siempre digo que la belleza del juego para mí está en el tablero grande, en la complejidad. Lo que pasa es que si arrancás de una por ahí, la materia se hace muy larga; entonces a mí lo que más me gusta no es que aprenden las reglas, sino que traten de captar la belleza del juego. Aquel que es primer dan, que es maestro de Go, estoy seguro que puede disfrutar mucho más el juego de lo que lo disfrutamos nosotros. Yo soy 8 kyu, y creo que, como toda disciplina, mientras más se conoce más se disfruta. Hay sutilezas del Go que nosotros mismos que hace años que lo practicamos por ahí se nos escapan, no sé si lo podemos abrazar en su totalidad. Pero lo importante es disfrutar del juego.

—FG: Siempre en mi vida tuve una facilidad para enseñar a otres, para transmitir, y en el Go se me hace aún más fácil porque además es una pasión. No soy (aún) un gran jugador, pero creo poder contagiar esa pasión y compartir esas ganas de descubrir un poco más cada arista del juego. Y me gusta particularmente transmitirlo a los jóvenes, porque en este presente de la virtualidad, del ritmo frenético de TikTok, que redujo nuestra capacidad de atención al mínimo, poder concentrarse en una sola cosa por un tiempo, lograr una atención plena, es casi un acto contracultural y necesario.

—JV: Fui un día a la escuela donde estudié a dar un taller de Go y me gustó mucho enseñarles a los chicos, tuve muy buena respuesta de casi todos los alumnos y disfruté mucho de la experiencia de enseñar, de tratar de transmitir el placer de poder quedarse un rato en silencio pensando en un problema de Go. Transmitirles a los chicos que es lindo pensar cómo se puede solucionar un problema, y sobre todo un problema que es un juego, no es un problema real. Y bueno, después hice el curso para ser instructor oficial de la Asociación Argentina de Go. 

 

—¿Cómo ven a los chicos que van a representar a Argentina en el Mundial?

—NM: Yo creo que Manu tiene todo para ser un gran campeón. El ascenso que ha tenido fue absolutamente vertiginoso. Cuando cayó al Club Martín Güemes dónde él se inició, contó que el abuelo le había enseñado el juego y sabía las reglas, y yo ahí le enseñé algunas cosas. Cuando digo que tiene todo es porque estratégicamente es muy bueno y es excelente a nivel táctico. Tiene mucho talento, pero además también tiene mucho esfuerzo personal y constancia, todo el tiempo está estudiando. Y más allá de eso es una hermosa persona, es muy humilde, no se la cree y aparte le encanta el juego. No es que en su casa lo presionan, en lo absoluto. Hoy en día está entre los cinco o diez mejores jugadores argentinos en actividad, ya tiene un nivel de primer dan y no tengo dudas de que va a seguir creciendo y mucho. 

—FG: A mí me pone muy feliz que Nahuel haya llegado a esta instancia y lo pueda disfrutar porque se lo merece. El año pasado quedó ahí nomás de ser seleccionado, no se pudo dar, pero no se dio por vencido y acá está el resultado. Nahuel con 17 años vivió casi toda su vida en una casa rodante, viajando, con educación en casa. Creo que eso le dio herramientas únicas para el aprendizaje, es muy estudioso, con una gran capacidad de concentración y sobre todo, de arreglárselas. Sin tener algunas comodidades, como tener Internet en la casa por ejemplo, siempre hizo lo necesario para aprender, para mejorar.

—JV: Simón está muy entusiasmado con el viaje, veo que le gusta mucho el juego. Él ya pudo viajar el año pasado y volvió muy contento. Me parece que es una experiencia genial, siendo un chico de quince años y poder viajar dos veces seguidas a China a jugar, a conocer los jugadores profesionales, conocer otra cultura, relacionarse con chicos de todo el mundo, me parece que está buenísimo y veo que tuvo un re buen impacto en él y me dan ganas de llevarle esa posibilidad a otros chicos también.

 Simón tiene mucha capacidad para jugar al Go, de entrada ya demostró sus cualidades. Es un chico que tiene muchos intereses y no sé si va a seguir con el Go, pero si él quisiera en algún momento tomarse esto realmente en serio podría llegar muy lejos como jugador, podría seguir viajando, igual que los otros chicos que están participando en este mundial. Y también hay otros chicos del país que están creciendo mucho y tienen muchas chances de poder mejorar y aprovechar estos viajes.

 

 

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